Como veo que la linea de contar historias tristes, pero reales de lo que hay en la vida, sobre mis experiencias con bichos, voy a contar una de las felices.
Año 2006. En verano llego, no recuerdo desde donde, una cria de delfin a las instalaciones del CREMA. Pronostico: Se va a morir. No por el estado de salud, que era delgadez y algunos parasitos, sino porque le faltaba una madre que le aportara leche (a dia de hoy, los preparados lacteos de cetaceos aun no estan muy conseguidos).
Juanjo, el veterinario del CREMA, que para mi es uno de los mejores veterinarios para cetaceos y tortugas de España porque posiblemente es el que tenga mas experiencia con bichos enfermos (no esos de delfinario que solo tienen bichos sanos), se dedico a prepararle unas papillas de pescado y nata que hicieron que poco a poco fuera recobrando forma.
Al principio nos costaba pillar al delfin en la piscina para meterle la sonda (no habia otro remedio), pero con el tiempo, el animal llego a entablar amistad y le gustaba jugar con los que estabamos en la piscina animandolo para que ejercitara la musculatura. Teniamos que presentarle pescado para que jugara a "cazarlo" y su evolucion fue magnifica pues no se pensaba que una cria tan joven pudiera comer solido tan pronto.
La piscina grande para su pequeño tamaño y el juego que le dabamos hizo que no se anquilosara y, tras 2 meses, pudo liberarse sin que hasta la fecha se tenga constancia de un nuevo varamiento.
A pesar de ser Agosto, el tono blanco de mi piel es de moreno albañil.
Gracias, kiko. Que sepas que aunque como marchador (puede que) seas patético, como naturalista eres nuestro héroe.
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