Cuando los marchadores veteranos me contaban que en su epoca tenían que entrenar después del trabajo en la obra, yo reconocía que eso era tener merito. Esto hablando del gran Paco del ahora Moratalaz y por entonces Larios. Al pobre hombre su rodilla ya no le deja marchar pero para mi siempre ha sido una referencia por lo buena gente y por los ánimos que te entraban verlo, a su edad, compitiendo con los chavales.
Lo mío, comparado con lo suyo es una nimiedad, pero ayer me acordé de el mientras entrenaba después de trabajar, hecho polvo, intentando completar las 20 series de 200 (no quería arriesgar a las 25 porque las piernas andaban muy cansadas). Tampoco estuve solo pues había unos cuantos aprovechando para correr con la fresquita que me sirvieron de poco, la verdad, ya que con los cambios de ritmo no me valían de liebres.
No es la primera vez que entreno a esa hora ni después del trabajo, pero si que va a ser algo continuo estos días por motivos laborales. Se va mucho mejor porque no tienes el calor aunque, como siempre, es un arma de doble filo.
Otra opción es la táctica Viguesa, que yo aprendí de Ramilo. Me contó un día, en un nacional, que entrenaba a las 05:30 de la madrugada, antes de ir a trabajar. Hoy en día yo aplico, exáctamente, la misma "variante horaria".
ResponderEliminarCada vez que he pensado en el sinsentido que tiene entrenar mientras los demás duermen, me he planteado entrenar en el polo opuesto, a última hora de la noche. Pues bien, siempre, cada día, te sale algo que te impide salir a marchar.
Marchar a primera hora, visto lo visto, es algo así como aquello de "el que da primero, da dos veces".
saludos,
pepefernández
Se ha intentado con la doble sesión pero no ha terminado de funcionar bien porque el cuerpo aún no esta activado a esa hora. Meter algo en el estomago a horas tan tempranas tampoco es bien recibido. Aun asi es planteable.
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