Ayer hice una de mis locuras varias. Por supuesto que la puedo justificar, pero como soy un caso perdido, a cualquiera que lo saque de su contexto le parecerá eso, que lo mio es caso perdido. Esta foto de mi amigo JJ creo que puede resumir lo que se piensa de mi (y que conste que no reniego de mi origen gaditano, pero son muchos años ya por aquí)
Como el tiempo apremia para el mundial y tengo que intentar un milagro para que podamos conseguir el oro por equipos en los 10 kms. marcha, que es a lo único que puedo aspirar, tengo que sacar kilómetros de donde sea y comerme el dolor del diafragma todo lo posible. Ayer, dentro de esa ciclogénesis explosiva como se tiende a llamar a ese viento molesto que hace hasta peligroso entrenar porque se te caiga una rama encima o te caigas por una cuneta, pues decidí que tenía que entrenar si o si. La alternativa de mi garaje la descarte por ser demasiado corta y porque los giros cerrados no me beneficiarían para mantener un ritmo. Así que por segunda vez en mi vida me fui a entrenar al garaje con cuerda mas grande donde se me permite entrenar: el de mi trabajo.
La cuerda son 99,9 metros y la única vez que entrené allí debido a una alerta naranja de esas, le dí 100 vueltas. Ayer le dí 120. Si digo que lo hice en 1 hora y 8 minutos, encima digo que bajaba de 6 minutos el km., pero es que fue un desproposito porque el diafragma derecho me sigue dando la tabarra y 240 curvas se notan. Alterne los sentidos de algunas vueltas porque lo creí oportuno para mi salud mental, pero aún así, a falta de unas 3 vueltas, estuve a punto de comerme una moto que estaba aparcada en un lateral.
El forzar en recta era llevadero, pero en las curvas se nota bastante y el dolor fue creciendo a medida que hacía kilómetros.
Ahora mismo, tras el ibuprofeno y las bolsas de agua caliente estoy casi sin dolor, así que esta tarde podré meterme otra paliza.
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