Ayer estaba celebrando el cumpleaños de mi hijo pequeño en el hipodromo de Mijas (en una parque de bolas, no en el recinto entero) cuando vimos como empezaba un fuego. El fuerte viento hizo que se propagara rápido y como siempre avise del mismo a jefatura. Se activaron rápidamente los medios aéreos y 3 helicópteros iban alternándose en recoger agua para sofocarlo justo delante de donde estábamos nosotros.
La primera llamada de que me incorporara fue de parte del oficial de sala, a lo cual le dije que estaba en el cumpleaños de mi hijo, lo cual comprendió. A los 20 minutos me llamó un subinspector, así que, lamentándolo por mi hijo, mi familia y los invitados, pedí a un amigo que me acercara a jefatura pues parecía que era de extrema urgencia mi presencia.
Entré de servicio corriendo, cogí un polo que tenía en mi taquilla, una moto y tiré para el fuego medio vestido de policía, pero es que no podía acercarme a casa a por ropa oficial.
Allí estuve hasta las 9 de la noche cortando tráfico y evitando que los amigos de lo ajeno se aprovecharan de la situación. Esas horas no me las paga nadie ni se las devuelve a mi familia nadie ya que acudo como voluntario para echar una mano en esos momentos.
La situación, afortunadamente por el cese del viento fuerte, no era tan grave para haberme movilizado, pero eso nunca se sabe a priori.
Pero los políticos nunca agradecen nada, solo piden y piden... y la moneda con la que te pagan es peor que si no te hubieran pagado.
Si a mí me llama un subinspector para que me incorpore al servicio fuera de mi turno, va a ser que me firma las horas sí o sí
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