Noticia en El Pais
Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. Una de las noticías anecdóticas es que Vanessa Mae, mas conocida como una de las mejores violinistas que he escuchado, va a representar a Tailandia en los Juegos. Dentro de esa normativa que fomenta la participación de paises con poco nivel deportivo para dar una oportunidad a todos de defender los colores de su país, Vanessa se cambia el apellido a Vanakorn y usa la nacionalidad que le corresponde por vía paterna. Hasta ahí esa fue una noticia anecdótica, al igual que se clasificara en último lugar ya que mejorar esa plaza si hubiera sido un notición.
Pues hace unos días leo que la han sancionado con 4 años de suspensión que, a su edad (que no diré porque siempre hay que respetar el no decir la edad de las señoras), supone su retirada de las pistas. Eso no es una desgracia muy grande porque su trayectoria deportiva tampoco era para tirar cohetes. Lo primero que pienso es en dopaje y la inutilidad de hacerlo en un deporte como ese cuando eres uno del montón, pero del montón gordo, de la muchedumbre que esquía los fines de semana y no de aquellos que son segunda línea. Hoy he leído el artículo ese entero y me he quedado a cuadros de lo que ha llegado a hacer esta señora para poder participar pues tengo sentimientos divididos.
Ya sabeis mi propensión a pensar en cambiarme da país para poder hacer lo mismo que ella, pero soy español 100% y no creo que emigrar a Chiquitistán para nacionalizarme y aspirar a participar en unos JJOO sea buena idea... de momento. Pienso que esa idea de fomentar la participación de países con bajo nivel deportivo en pruebas donde no perturben la competición es una buena idea y que Vanessa quisiera cumplirlo representando a su país paterno me parece una idea genial. Si habeis visto el documental "El peor equipo del mundo" (de furgol, por supuesto), se ve como algunos deportistas abandonan su vida cotidiana para participar representando al país de sus padres en una fase clasificatoria de un mundial y sabiendo que te van a dar la del pulpo. Esta señora, con su fortuna, puede prepararse especificamente, patrocinar competiciones y contribuir con el deporte en el cual desea representar a su país. Hasta ahí sería todo correcto y beneficioso para todos.
Pero el hecho de querer manipular resultados y, presuntamente, sobornar a algunos jueces y organizadores es un hecho que no me hace ninguna gracia. Hacer las cosas colaborativamente hubiese tenido el mismo resultado y mejores consecuencias para ella, la cual ha quedado como tramposa, mancillando no solo su penosa trayectoria deportiva, sino su estatus social, si no daña su carrera profesional (como violinista me refiero).
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