El pasado jueves iba escuchando Canal Sur en la radio mientras iba a recoger a mis hijos y, aunque parezca increible, el hecho al que prestaban mas atención no era el Málaga-Real Madrid de futbol que se disputa hoy, sino el partido del Clinicas Rincón de balonmano femenino contra el Aula Valladolid.
Contaban que era un partido muy importante para que se clasificaran las malagueñas para disputar la copa de la reina en Porriño y para eso tenían que ganar, que ya lo habían hecho anteriormente en liga y que eso era posible.
Propusieron un sorteo de 7 pares de entradas a los primeros que contestaran a la pregunta "¿cuantos equipos malagueños han disputado la copa de la reina?" al que en un principio no hice mucho caso. El programa avanzaba, yo venía de vuelta a casa tras recoger a mi hijo y en la radio seguían con el concurso porque aun no habian contestado bien y no llegaban a los 7. Ya dieron hasta la respuesta correcta porque se acababa el programa y no había ganadores.
En un momento de chispazo de esos que me dan, cuando un miembro de la "hermandad del puño cerrado" escucha la palabra gratis, pare en el arcén (en sitio fuera de la vía que no dificulta la circulacion) y mandé el correo que pedían con la respuesta. Y me tocó siendo el séptimo!!!.
Iba a llevarme a mi hijo mayor, pero renunció y al final me planté en el partido yo solo (esas cosas de no tener amigos es lo que tiene). Las invitaciones de las entradas ponían el precio, 2 euros, que parece una ridiculez, pero es que si es gratis es gratis. De hecho tenia más dinero en el valor de las entradas que en la cartera.
Llegué al partido una hora antes y, mientras, me puse a ver un trofeo internacional de hockey hierba donde había 2 espectadores en la grada si no contamos a los equipos de hockey participantes, y uno de ellos era yo (1 de los 2 espectadores, no jugador de hockey).
Entré 20 minutos antes del partido al pabellón de Carranque en cuya puerta entrenaba hacía muchos años. Me puse lejos del tío del bombo, en una zona centrica y junto a la valla inferior para poder ir poniendo los pies en alto y que la espalda no me doliera mucho.
El ambiente iba creciendo. Primero cerraron una grada para que pareciera que habia mas gente, pero al empezar a sentarse por los pasillos y estar de pie, abrieron la otra que también se llenó. Intenté ver la alineación en el móvil, pero se ve que la página esta desactualizada porque no coincidian numeros y jugadoras.
Antes de empezar, una de las jugadoras recien operada de la rodilla, acudió al centro del campo en silla de ruedas y las demás desfilaron para saludarla. A mi esos gestos me emocionan, que vamos a hacerle, y eso que tengo 40 años, por lo que tenía las lagrimas en los ojos aguantandolas como pude.
Y empezó el partido. La primera parte fue dura y se llego a ir perdiendo por 6. Al descanso se iba perdiendo por 3 y no presagiaba nada bueno. Me había puesto lejos del tío del bombo, pero se puso cerca una señora mayor con una bocina de espray que no dejo de pulsar en todo el partido. Se aguantó como pudo.
A mi me habían dado un par de globos esos que se golpean para hacer ruido y, la verdad, que lo usé poco porque las actuaciones de gol y paradas fueron escasas en esa primera parte.
Pero, en la segunda parte, todo cambió. Cuando se cree que si se puede, las cosas funcionan y la suerte acompaña. Una gran defensa con actuación magnífica de la portera Virginia que lo paraba casi todo acompañado de los goles de la argentina Enke Karsten (yo creía que era noruega) y Jennifer hicieron posible la remontada.
La emoción era indescriptible por el logro de las malagueñas y el pabellón así lo reconoció, de pie, aplaudiendo hasta casi 15 minutos despues de finalizar el partido.
Yo pinché uno de los globos de tanto golpear y empecé a quedarme sin voz. Hacía tiempo que no disfrutaba tanto viendo deporte. Un ambiente sano, sin insultos, con competitividad y emoción. Ante el panorama que cada vez veo mas cerca de tener que dejar el deporte de competición, el convertirme en espectador tiene cada vez mas papeletas y este equipo es uno de los candidatos para seguir. Alguno podrá decir que es porque son chicas jovenes y que me estoy convirtiendo en un viejo verde, pero la verdad es que en ningún momento del partido fui consciente de eso. A ver si me cuadra algun fin de semana y acudo a ver algun partido mas en familia.
Es increible que en el diario Sur de Málaga, la noticia de este hecho aparezca detras de una estupidez sobre dos niñatas que consiguen una firma de un jugador de futbol.
ResponderEliminarSi ese hecho es mas importante, apaga y vamonos.