Los "spansk gangare" ya estamos aquí en Växjö. Hemos cenado junto a los hermanos Svensson y dos suecos más y cuando yo he regresado al hotel, se marchaban con Miguelín a medir el circuito para los 50 kms. del campeonato sueco de Octubre.
El viaje ha sido un poco a nuestro estilo y, aunque hemos llegado, paso a relatar las peripecias del mismo. A Miguelín y a la novia les han perdido las maletas en Amsterdam y encima llegaron con retraso. Hasta ahí puedo contar porque no me han contado más. Hemos tenido que reponer su equipo de avituallamiento y mañana le pasaré los geles que me he traído para que pueda terminar la prueba en condiciones.
A la parte mijeña les tocó, para empezar, atasco antes de entrar en el aeropuerto y después un escandinavo que nos atascó en la cola de facturación. A mi lado en el avión un bebé que, como es normal, lloraba, le rompió a la madre unas hojas de un libro, me dió pellizcos e intentó toquetearme el reloj. Uno aguantó porque no tenía más remedio pero lo mejor fue cuando me encuentro que la madre se había quitado los zapatos y los había puesto en mi hueco para poner los pies. Es dar el dedo y te cogen la mano. En el avión no te dan de comer gratis aunque sea la hora de comer y te tengan más de 3 horas dentro. Si quieres algo, a pagar la clavada. Como nos daba tiempo a comer en el aeropuerto pues pasamos de pedir nada.
Llegamos a Copenhague con 15 minutos de retraso y vimos dificil enganchar el tren pero corriendo un poco lo pillamos gracias a que una señora nos ayudó con la maquina de los billetes de tren. Resultado: Sin comer y sin dinero porque no habíamos cambiado. El tren, que era un cercanías de larga distancia tenía al menos maquinas de refrescos, pero como no teníamos coronas suecas, pues nos daba un poco igual. Al llegar a Alvesta, el tren estuvo parado una media hora. Por megafonía explicaron el motivo pero como lo decían en sueco, pues igualmente nos daba igual. Puede que incluso tuvieramos derecho a que nos devolvieran el dinero pero creo que se hicieron "los suecos" valga la redundancia.
Yo le mandé un par de mensajes a Christer por si nos estaba esperando pero hubo algún fallo en el número que tenía apuntado ya que no recibió nada. Gracias a Miguel pude localizarlos para cenar al menos aunque ya nos habíamos dado un paseíto por la ciudad buscando algo que llevarnos a la boca ya que no probabamos bocado desde las 10 de la mañana y eran casi las 7 de la tarde. Miento, yo había encontrado 4 caramelos medio derretidos que creo llevaban en mi mochila desde Febrero pero es que cuando el hambre aprieta... Además, como todo está en sueco, pues metemos la pata en cosas tontas como comprar agua con gas que sabe a rayos.
Por aquí ha estado lloviendo un poco, lo cual contrasta con los 40 grados de ayer en Mijas. Esperemos que al menos mañana no llueva ya que la temperatura es idonea para hacer buenas marcas. Por cierto, me ha comentado un pajarito sueco que el Andreas ese que quiere batir el record sueco de 30 kms. es un poco fantasma.
El dorsal que tenemos es "estilo trapo", imagino que para cuando se moje, así que no quedará muy fotogénico. Mañana veremos.
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