viernes, 24 de marzo de 2017
D-Mundial veterano de pista cubierta en Daegu (Corea del sur) 2017
Acabada la actuación particular en las que han sido la 23 y 24 participación con la camiseta de España, el balance ha sido mejor de lo esperado y he añadido mi medalla número 13, oro por equipos m35 en 10 kms. marcha, a mi colección.
El lunes 20 de Marzo comenzamos con los 3000 metros marcha donde hice 14:29 y logre una sexta posición. Es la mejor marca de estos 2 últimos años, así que estoy contento.
Hoy, 24 de Marzo, tocó realizar los 10 kms. marcha. Debido a la ausencia de Julio Carmona, ocupé su puesto en el equipo M35 con Victor Castro y Rubén Piñera. He de decir que no había preparado está distancia y los entrenamientos no eran lo suficientemente buenos para acreditar siquiera bajar de 55 minutos. Por dicho motivo no tenía ganas de salir y estaba asustado y preocupado porque pudieran perder el oro debido a mi actuación. La prueba la hice practicamente en solitario desde los 500 metros ya que no tenía calidad para seguir al grupo de cabeza y los que me seguían no pudieron aguantar mi salida inicial, manteniendo con ellos un hueco de unos 50 metros casi toda la carrera. Por delante me vi lejos de poder pillar a los italianos M40 que me precedían aunque por un momento pensé que estaban a mi alcance y podía mejorar la sexta posición que llevaba. En la primera vuelta no pasé lejos de la cabeza y, cuando miré el reloj, que ponía 9:40, me asusté porque iba más rápido que en el 3000. En la segunda vuelta aminoré, pero seguía por debajo de 5 minutos el km. El paso del 5 kms. en 25:11 me preocupó pues seguía rápido y pensaba que iba a petar en cualquier momento como en San Fernando. Pero no llegó y seguí marcando un ritmo fuerte, cercano a los 5 minutos el km. que me llevó a afianzar esa sexta plaza y ver como ganabamos M35 por equipos. Mi sprint final fue porque vi, según el reloj de meta, que bajaba de 51 minutos y hacía tiempo que no lo hacía, desde el 2014. La realidad fue que el reloj se inició tarde y ni tiempo real fue de 51:07. Por ese motivo, el del reloj atrasado, creía que iba demasiado rápido y por eso no podía creerme que hubiera hecho el último kilómetro en 4:45, algo que no hago ni en series.
Una vez concluída la carrera y después de recibir la enhorabuena de mis compañeros y amigos, me senté para cambiarme. Aunque llevo muchos días pensando en ello, en la posibilidad de conseguir medalla nuevamente, me vino a la mente el calvario pasado desde el 13 de Agosto cuando me lesioné la espalda. Me vino a la mente esos diagnósticos de artrosis de cadera, de hernias lumbares; aquellos médicos que querían operarme porque decían que era lo mejor y que tenía que olvidarme del deporte en vez de decirme que era lo mejor para sus carteras; en esos 3 meses donde estuve comiendo de pie porque no podía permanecer sentado o que pasaba un dolor insufrible cada vez que me montaba en el coche; en esas carreras a las que no pude acudir porque no podía llegar hasta ellas; en saber que no podía volver a trabajar normalmente por el riesgo de poder volver a lo vivido. Pero también me vino a la cabeza mi padre y ahi me derrumbé. Quería que me viera competir con el equipo español y no pudo ser, y esa maldita lesión me hizo no poder estar junto a el mucho tiempo. Esta parte de la victoria, aunque sea una victoria de equipo, es para el.
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