domingo, 31 de julio de 2016

O-De vuelta en Moscú

Tras dos años de aquella gran experiencia en solitario, esta vez volví en familia y, más aún, de guia del grupo de Matemática Aplicada que se desplazó al congreso CLA 2016. Yo no participé en el congreso porque estoy centrado en mi tesis, así que hice de guía-semitraductor para el resto del grupo.
Voy a contar las cosas que vimos como una especie de guia para aquellos viajeros que estén interesados en Moscú y ofrecer mi visión en esta fecha reciente.
Antes de viajar hay que preparar los visados. Desde la universidad de Moscú nos mandaron unos certficados y los solicitamos como viaje cientifico y como acompañantes. Lo mas normal hubiera sido solicitarlos como turistas, pero te hace falta un certificado del hotel y decidimos ahorrarnos esos eurillos. Hay que añadir unos seguros bajo ciertas condiciones especiales que reconozcan que te cubren en el extranjero (ARAG los hace baratos) y los pasaportes que tengan una vigencia mínima de 6 meses. Se manda por mensajería (imagino que a cambio de una comisión) a la central de visados rusos de Madrid o Barcelona. En la de Madrid le partieron el pasaporte a mi mujer arrancando la portada de las hojas alegando que estaba mal cuando no era cierto, además de comentarios de una persona de confianza que estuvo en su oficina para gestionarlo en mano que me dijo que eran unos inutiles. Así que si podeis mandarlo a Barcelona, es una opción interesante.
El vuelo que recomiendo es con Aeroflot porque es cuando se empieza a ver donde te metes y que, si no sabes algo de cirílico o controlas un poco el idioma, lo vas a pasar mal. El menú estuvo bien y es donde empecé a soltar un poco la lengua.
El traslado desde el aeropuerto de Sheremetevo hasta el hotel se puede hacer de varias formas. Si vais en grupo pequeño y temeis los atascos de Moscú, recomiendo el tren lanzadera que os deja en la estación Belorruskaya y de ahí se conecta con la red de metro. Si vais en grupo grande o a unas horas irregulares, podeis contratar un shuttle y por un poco más podeis empezar a viajar por la ciudad y ver porque no es nada recomendable alquilar un coche para moverte por allí (carteles y atascos).
En este viaje el hotel donde estuvimos fue el Novotel Moscow Centre, el cual está al lado de una boca de metro (Mendelevskaya) lo que facilitaba mucho los desplazamientos. El hotel está bien, es confortable, a un precio moderado y tiene bufet para desayunar que se quedó sin bastante comida por una mala planificación el fin de semana. Tiene para dejar maletas de forma gratuita, así que si vuestro avión sale despues del checkout, os daría tiempo de una ultima visita.
Y empezamos el viaje por la ciudad en metro. Olvidaos de buscar un mapa en ingles porque no es util. Hay que tener marcadas las paradas y las lineas por números y colores, además de saber identificar los nombres de las estaciones por lo que unas lecciones básicas de lectura cirílica son casi indispensables. Lo primero es buscar el bono adecuado para vuestros viajes. El bono de 60 es el que mas ahorra y lo pueden usar varias personas. Se compra en los cajeros donde los atiende una persona (no en los automaticos), que no suele hablar ingles (voy a dejar de comentarlo, pero es la nota comun entre personas mayores o funcionarios), ya que las maquinas son un tanto complicadas para los no rusoparlantes. La tarjeta se pone en el extremo y, cuando sale el numero de los viajes que te quedan, puedes pasar. En caso contrario, te golpea un sistema anticuele.
Las escaleras profundas son lo primero que te impresiona. Cuidado si quieres hacer una foto porque te puedes desequilibrar por el vertigo. Al bajar hay que estar atentos ya que hay carriles unidireccionales donde se mueven las personas en un sentido solamente. En las paradas hay carteles que te indican hacia que anden te debes dirigir según la parada destino, así que es vuestra primera opción. Ya en el tren hay que contar las paradas debido a que el sistema electrónico a veces falla y te situa en una parada donde no estas. Si en vuestro mapa aparece la misma parada conectada con otras en el mismo punto, es que se pueden conectar andando. Buscad las indicaciones en el suelo y en los carteles para concectarlas. Esto hace que puedas combinar lineas mas facilmente aunque te puedes hinchar de andar bajo suelo. El metro de Moscú tiene paradas muy decoradas y hay tours internos donde se recorren algunas de ellas. Eso lo dejo a vuestro gusto. Dicen que hay wifi gratis, pero solo funciona si tienes teléfono ruso.
La primera parada fue el Kremlin. Si esta en tus planes, hay que entrar por los jardines de Alejandro ya que es donde está la entrada de turistas (también la tumba al soldado desconocido donde se hace uno de los dos cambios de guardia del Kremlin cada hora en punto). Hay varias cajas y nosotros nos dirigimos a la 7, donde te venden las entradas solo para el Kremlin sin acceso a la armeria que no nos recomendaron. Aunque los niños no paguen, debeis pedir su entrada.
En el interior del Kremlin hay varias iglesias y un par de monumentos (un cañon enorme y la campana rota del zar), a la vez que la oportunidad de estar al lado del congreso ruso. Las excursiones orientales son numerosas y son capaces de acaparar las iglesias, así que paciencia y si podeis evitarlas mejor. El jardin secreto, para mi gusto, no tiene nada y eso que me habian dicho erroneamente que allí estaban las estatuas de las fabulas de Chejov.
La salida por el otro extremo nos hace acceder entre los guardias de las puertas del Kremlin (el otro cambio de guardia) hacia la plaza roja. A la derecha está San Basilio, que es visitable, a la izquierda el mausoleo de Lenin (visitable de 10 a 13 tras una hora de cola y no todos los dias) y enfrente los almacenes GUM (visita gratuita, pero es una galería comercial cara y puede que solo os interese para haceros unas fotos debido a los precios altisimos).
Saliendo a la plaza de Ojtniy Riad desde la plaza roja teneis un centro comercial interesante para comer (sobre todo si vais con niños). Allí podeis ver a Lenin (el que se hace las fotos por unos rublos) comiendo en el Burger King. Yo recomiendo el Sbarros que es barato y tiene una variedad interesante de comida. Justo entre los jardines de Alejandro y el centro comercial estan las estatuas de las fabulas de Chejov. Siguiendo hacia la plaza de la revolución, tendreis una vista excelente del Bolshoi y un parque para niños donde podreis pillar wifi de uno de los hoteles cercanos (mejor no digo el nombre pero es visible).
Podeis seguir hasta Lubyanka, la antigua sede del KGB, donde tendreis también el mayor centro comercial para niños, o por el contrario, subir hacia el ayuntamiento de Moscú por la cala Tverskaya y bajar por el Bulevar Svetloy hacia la calle peatonal Arbat.
Siguiente ruta es la de los parques. Hay dos que hay que ver: Gorkiy park y VDNX (VDNKh). El primero, aunque no lo parezca, es el pequeño y muchas de sus atracciones se han desplazado al otro. Yo he tenido la suerte de ver la copia del Buran (el transbordador espacial ruso) en los dos parques. En el VDNX (en ruso se escribe con B porque es nuestra V) se empieza con una visita al museo del espacio donde se recuerda que ellos fueron los primeros en todo (lo de la luna creo que ni lo mencionan). Tiene una sala llena de maquetas y un gran homenaje a Yuri Gagarin (cuya tumba o recordatorio está detras del mausoleo de Lenin en la plaza Roja pues murio en accidente de aviacion al poco tiempo de regresar del espacio).
El parque es enorme con pabellones de una antigua exposición. Los rusos están muy orgullosos de el y es su parque para domingueo pero sin tortilla de patatas. Al fondo hay una reproducción de un cohete con su lanzadera, un mig, un helicoptero y el Buran, que estaba antes en Gorki park, junto a un parque con figuras espaciales.
El parque de las muralla de Izmailovo es un mercadillo para comprar los souvenirs que os vayais a llevar. La parada es en Partizanskaya. Los puestos son de madera y hay infinidad de gorros y matrioshkas de todo tipo. El dia aconsejado es el domingo porque es cuando hay mas puestos y hay antigüedades (incluso armas como un lanzacohetes). Podeis regatear un poco (dos ofertas como mucho) y algunos comerciantes te hablan en español. A la derecha de los puestos hay unas tiendas donde si podreis pagar con tarjeta, pero en los puestos solo con rublos o dolares. Al lado del mercadillo hay un conjunto de casas de madera interesantes y coloridas desde donde hay buenas vistas y a veces hay bodas que llegan en limusinas enormes para hacerse las fotos.
El museo Pushkin lo venden como el segundo mejor de Rusia y puede ser que sea así. El gancho es que allí se depositan muchas de las obras expoliadas a los nazis cuando cayó Berlín y puede que sea cierto en lo relativo a pinturas. Con respecto a las esculturas, no os maravilleis mucho ante ellas porque casi todas son copias y eso fue una gran decepción. De cara al origen educativo del museo, es aceptable, pero para un turista no y mas cuando ha visto alguno de los originales.
Otras visitas interesantes son la iglesia de Cristo Salvador, el estadio Luzhniki con su pebetero olimpico y la estatua del osito Misha, o la universidad estatal de Moscú. Si teneis la oportunidad, haced un crucero por el rio que pase frente al Kremlin. No hace falta 3 horas porque visitareis zonas poco interesantes turisticamente, aunque si quereis relax es una buena opción.
El Bunker 42 es caro y no entramos.
Por mi parte, mi souvenir fueron libros en ruso. Ya tengo toda la colección de Harry Potter en 3 idiomas y los adquiri por unos 8 euros cada uno. Después pille libros de Boris Akunin a 2 euros y alguno mas baratito a 1 euro. Eso si que es fomentar la cultura. También mis hijos y yo adquirimos camisetas de equipos de futbol locales bastante baratitas.

Consejos:
-El precio familiar mas barato en algunas visitas solo se aplica a rusos, asi que si no teneis buen acento, ni pregunteis por el.
-Las compras de souvenirs en el parque Izmailovo salvo que no podais ir.
-Olvidaros de comprar nada de Bosco salvo que tengais una buena chequera.
-En cajeros os darán billetes de 5000 rublos, los cuales son dificiles de canjear por lo enorme de su valor (unos 70 euros)

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