domingo, 7 de abril de 2013

O-En busca del coco

Antes que nada, especificar que tomé todas las medidas de seguridad oportunas para no ponernos en peligro. Uno es consciente de a que se enfrenta y, aunque se pueda tomar a broma, la actividad que hicimos es peligrosa.
Ayer por la tarde, ante la falta de información de la prueba de Rio Maior, me fui con mis hijos a buscar el cocodrilo mijeño. Llegar al sitio era complicado, así que me hice un road-book al estilo Paris-Dakar (Si, no tengo gps en el coche). El punto exacto estaba marcado por un cartel en rojo que indicaba "Peligro Grave. Cocodrilo suelto", solamente en español, así que es bueno saber que solo se alimentará con guiris que se niegan a aprender nuestro idioma o turistas que no cotizan en nuestro pais. También hay una torre de vigía destartalada donde me sorprendió ver que nadie había defecado dentro aún. Imagino que ya ha pasado el boom de curiosos porque por allí no había ni un alma. Por el camino le fui diciendo a mi hijo Alejandro que ibamos a capturarlo con una cuerda que tengo en el coche y que el tenía que llamar a la policía cuando lo cogieramos. No salia de su asombro y me dijo que el no salía del coche.
Al principio fuimos por el perímetro, por un camino amplio, con visibilidad y alejados de la orilla, comprobando que por el tipo de terreno su captura sería muy dificil salvo que esté muy alejado de la orilla, lo cual es complicado. No se observaba en la laguna principal, así que fuimos a buscar la segunda. Para ello tuvimos que ir por un sendero con vegetación a media altura, así que iba mirando por delante donde hubiera hierba aplastada o se pudiera esconder.
El cocodrilo, por supuesto, ni lo vimos. No porque no estuviera, sino porque mis acompañantes eran unos escandalosos. Al menos vimos una población de galápagos leprosos y un par de patos.
Creo que la única forma de atrapar el cocodrilo es mediante el uso de una caña de pescar con un anzuelo de palangre, pero no soy Fran de la jungla ni los guardias del pantano, así que eso se lo dejo a los expertos. Mi idea irresponsable de tirarme encima de el para cerrarle la boca está descartada, pero me parecía lo mejor al principio ya que los cocodrilos tienen fuerza para cerrar la boca, pero no para abrirla. Seguro que si lo pillo me denuncian los civiles por caza ilegal, que algunos lo están deseando.

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