lunes, 25 de julio de 2011

C-Copenhague

Estuvimos de turismo en Copenhague un domingo. He de decir que no somos turistas normales y buscabamos cosas no usuales como el museo Guinness de los records.
Para llegar a Copenhague desde Málaga hay vuelos con la compañía Norwegian pero no los encontramos en los buscadores usuales. Me tuve que ir a la pagina del aeropuerto de Kalstrup, que así se llama el aeropuerto de Copenhagen porque está en ese barrio-ciudad a las afueras de la capital danesa, para ver que vuelos llegaban y desde donde. Para la vuelta fue más fastidiada porque saliamos a las 6:35 de la madrugada, una hora normal allí teniendo en cuenta que en Julio amanece a las 4:30 y por el gran movimiento que había ya en el aeropuerto.
Desde el aeropuerto hacia la ciudad, lo mejor es coger el metro desde allí mismo. Igualmente tiene una estación de tren debajo para ir a otras poblaciones de Dinamarca o Suecia. Para ir a Suecia hay que cruzar el tunel-puente de Oresund, el cual me perdí porque no pude verlo desde el avión al estar nublado y lloviendo, y desde el tren al pasar por debajo. Al menos puedo decir que pasé por el.
En el metro hay revisores en algunas paradas, así que no os confieis mucho salvo que vayais a moveros por paradas cercanas y os querais arriesgar a ir de gorra. el billete es caro, así que si vais a cruzar por 3 zonas o más es mejor comprar un bono de 24 horas. Los billetes se sacan con tarjeta de credito en las propias estaciones y es dificil comprarlos con dinero en metálico.
Desde el aeropuerto, la parada mas céntrica es Kongens nytorv, que enlaza las dos líneas de metro, M1 al aeropuerto y la M2 que no probamos. Desde esta plaza te puedes desplazar andando a toda la zona turística. Tus piernas diran cuanto puedes abarcar. Cerca de la plaza están los barcos que recorren los canales y te enseñan la sirenita desde el agua y otras cosas que no tengo ni idea porque me pareció my cutre el paseo en barco, pero si os gusta daros el paseo allí está.
Hacia el norte llegamos a la plaza donde están los palacios reales y están los guardias con los gorros de oso estilo a los de Londres. Vimos el cambio de guardia y no es para tanto, pero como allí llegaron 3 policías y se pusieron a poner a la gente en fila, nosotros también nos apuntamos sin saber a que esperabamos. Los guardias son todos chavales y no son tan serios como los de la reina Isabel II.
Mas al norte llegamos a la sirenita. Fue un poco decepción pues es una estatua chiquitilla de bronce o similar en lo alto de una piedra separada de la orilla unos metros para que los salvajes de los turistas no se subieran encima. En una página de información en inglés incluso lei que la habían violado ¿puede considerarse zoofilia? No me puedo imaginar como lo han hecho, pero chalados hay para todos los gustos. La gente se va poniendo por turnos desordenados (como en el autobús de Mallorca) delante de la estatua para la foto de rigor. Cuando conseguimos ponernos llegaron unos merluzos y se pusieron delante, así que hice el signo de la victoria tras uno de ellos y les fastidié la foto. Que les den.
La vuelta la hicimos cruzando un fuerte en una isla que no tenía mucho que ver, por no decir nada. Llegamos al Marmor Kirke, que aunque suena a bizcocho del Lidl es una iglesia redonda y enorme donde no hay santos ni nada, por eso los daneses no tienen pasos de semana santa. Por el camino había una iglesia ortodoza con las cúpulas típicas, pero no entramos.
Nos desviamos hacia la zona de los jardines del palacio real. Allí te cobran una pasta por entrar a ver nada y menos, así que pasamos de entrar también. Hicimos fotos por fuera que era gratis y poco más. Justo detrás estaba el jardín botánico con un invernadero chulisimo. Había una planta de nenufar con unas hojas tan grandes como mi estanque entero. No pude mangarme un brote aunque tampoco podría haberle dado utilidad. A mi es lo que mas me gustó.
Comer fué complicado por la falta de sitios abiertos. Pizza y kebab encontramos unos cuantos pero no buscabamos eso. Al final encontramos un restaurante cerca del McDonalds que servía una pasta estupenda en la plaza Kultorver. Según he mirado en el Google earth, creo que se llamaba Phenix.
Tras comer, paseamos dirección a Kogens Nytorv de nuevo, encontrando una calle comercial donde te meten unas clavadas de aupa por los recuerdos. Pasamos al lado de una torre estilo la giralda pero en pequeñita y redonda donde también había que pagar por subir a ver una vista de 360º de los tejados de la ciudad.
Por fin llegamos al objetivo más deseado, el museo Guinness de los records. Quedé bastante defraudado y no encontré mi record por ningún lado. Algunas cosas eran interesantes pero no me mereció la pena.
Un último paseo por la zona cercana y un cafelito al lado de los canales en una de las numerosas terrazas existentes y vuelta en metro a nuestros hoteles cerca del aeropuerto y de la línea de metro.
Espero que os sirva de ayuda aunque no lo creo.

1 comentario:

  1. En muchos aspectos, es la misma crónica que yo hubiese hecho de "Un día en Copenhague", parada obligatoria que hice en 2009 camino de Arhus.

    Saludos,
    pepefdez

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