Un radar simple cuesta 60.000 euros. Ni que decir tiene que se rentabiliza en poco tiempo pero, en estos tiempos de crisis y, para fomentar el empleo, la DGT ha decidido hacer unos cambios en los radares.
La ubicación de los radares puede ser algo confusa debido a que, al no ser fijos, su emplazamiento puede variar con lo cual no valen esos archivos que se añaden al tomtom para que nos vaya avisando.
Este es el video promocional de su nuevo funcionamiento.
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