domingo, 5 de agosto de 2012

D-Tarde de marcha (ampliado)

Tras llegar a Nerja a las 16:15, recogí el dorsal y me volvía hacia Velez-Málaga, donde estaba el centro comercial más cercano, para intentar ver la marcha. Como tenía tiempo, me quedé en el coche escuchando la radio a la sombrita, concretamente RNE donde echaban una entrevista a Álvaro Martín, Miguel Angel Prieto y el Langui (este no es marchador, pero debido a lo que contó creo de justicia nombrarlo). Era un programa donde se escuchaban alternativamente trozos de entrevista donde se hablaba sobre el esfuerzo. A pocos minutos de las 18:00 me metí dentro del Eroski para intentar ver la marcha en la sección de televisión, pero los más de 40 pantallones iban a retransmitir el partido de furgol de Brasil (no tenemos bastante, sino que ahora retransmitimos hasta los que no son de nuestro equipo). Con pocas esperanzas, me fuí recorriendo los bares que veía en el centro comercial para comprobar que el furgol predominaba. Entonces, en la segunda planta, lo encontré. El Gambrinus estaba cerrado pero su televisión se había quedado en el canal que retransmitía la marcha. Ya iban 8 minutos, así que no me había perdido mucho. Primero lo estuve viendo de pie, pero al ver que allí no había ni el tato me acomodé en una de las mesas en plan gorrón. En el caso de que me preguntaran, pues me pido una fanta y mas o menos me justifico. Veo a Miguel Ángel López en el grupo. Con esa camiseta se distinguen mejor de los chinos. Busco a Álvaro pero no lo veo. Al rato me parece verlo descolgado. No puede ser. Me voy al smartphone (estas cosas de internet en "to los laos") y compruebo que, efectivamente, el va descolgado. Le sacan un primer plano porque le han sacado una tarjeta al kazajo que va con el. 25:26 del paso del 6 km. Va con un buen ritmo, pero no se puede comparar con el de los primeros que "vuelan". En cabeza se van alternando valientes. Un japonés que va como una moto (para eso se llama Suzuki), lo intenta hasta que peta. El chino Wang, mi favorito después de verlo en La Coruña, les dice a los demás que tiren ellos, que el no se va a dar la paliza. Posiblemente lo dijo en su lengua materna porque nadie le hizo ni caso. Del grupo seguían descolgándose gente y el ritmo aumentaba vertiginosamente (7:45 el 2000). Miguel Ángel iba 9º cuando se descolgó a falta de 6 kms. pero seguía a la vista por lo que confiaba en que no se descolgara mucho ya que la gente tenía que petar. El chino Chen dió el tiron (7:35 el 2000 es una burrada) y se tiró la última vuelta saludando al personal y chocando manos. Una fantasmada como la copa de un pino que sobraba. El guatemalteco Barrondo había aprendido la lección y se tiró toda la prueba escondido en el grupo. En el momento que se dejó ver le cayeron 2 tarjetas, pero ya había aprovechado bien el tiempo e imprimido un ritmo fuerte para ser segundo. Hay que reconocer que iba marchando mejor que en otras ocasiones y que es un portento físico. La tercera tarjeta se la mostró un juez británico (creo que inglés) con el que coincidí en Lugano. Este juez, el día que volvíamos de Lugano, felicitó personalmente al equipo guatemalteco por lo bien que lo había hecho, así que me ahorro comentarios. Esa tarjeta lo dejaba con la miel en los labios, pero no subió. Borchin se estampó contra una valla con un KO técnico bestial. Kanaykin y el colombiano López descalificados (al parecer los únicos). No veía a Miguel Ángel pero contando me salía que iba quinto. Así era, aparecía tras el chino Cai y, según el reloj, iba a pulverizar su marca personal. Entró en meta con el puño en alto y no era para menos. A día de hoy la mejor actuación del atletismo español. Creo que es la tercera vez que bate su marca esta temporada, así que no se que va a dejar para las siguientes. Mi más sincera enhorabuena. Tras escabullirme del Gambrinus, volví a la pista de Nerja para dedicarme a participar en una prueba de menos nivel, el Cto. Andalucía al Aire Libre. De los 7 inscritos, nos presentamos 6 y solo 2 sabíamos que habían cambiado la distancia de 10 a 5 kms. De hecho, venían 2 juveniles que no hubieran venido de saberlo pues su temporada ya había acabado. Mi objetivo era que Alberto no me doblara mucho pues el último puesto estaba reservado para mi, así que me lo tome como un entrenamiento especial. Iba a hacer una especie de test de sufrimiento no yendo a rueda de nadie para marcar mi propio ritmo y ver que era capaz de hacer. Salir hasta el 5 a ritmo fuerte y despues aguantar para simular las condiciones del 20 cuando ya fuera tocado. Lo del km. 5 no era capricho, ya que al ir por calle 5, el marcaje de los kilómetros se había hecho a ojo de buen cubero y la única referencia conocida era la del 5000. El contaje de las vueltas, 23 y 100 metros, fue una tortura mental. Pasé el 5000 quinto, al retirarse LuisMa, a 25:22, así que sabía que iba lento y que he perdido mucha velocidad pues lo normal hubiera sido pasar a menos de 25. Ahora tocaba sufrir y así lo hice, para terminar 4º con 52:03. Quería haber bajado de 52, pero era incapaz de ir más rápido. Ganó Alberto con 43:02, segundo Ballesteros con 47:22 y tercero el juvenil Pedro García con 50:36. Humedad al 150% ya que acabé con las zapatillas encharcadas. No es exageración, es que cuando iba andando hacia "chof, chof". Como no me había llevado ropa para cambiarme, me sequé a la luz de la luna parando cada 2 por 3 para escurrirme el pantalón (que parecía que me paraba a mear). La prueba femenina no tuvo color. Este año al menos quedaba más gente en la pista ya que pusieron un relevo extra al final del campeonato. Ainhoa ganó de calle con 23:06, segunda Beatriz Pérez con 28:07 y tercera Raquel Galisteo con 29:45. Cuando llegué a casa, tenía los pies empapados y arrugados, así que ahora toca tratamiento preventivo ante hongos. Es el 6º campeonato de Andalucía de mi fase veterana y el primero donde no me llevo medalla (hasta ahora 4 oros en los veteranos y 1 plata en el absoluto), lo cual no quiere decir nada, pero ya me había acostumbrado a subir al podium y hasta me resultó raro que no me llamaran para subir. Muchos ánimos para Álvaro Martín que debe estar pasándolo mal.

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