Un día, estando en el colegio hablando de las profesiones de los padres, un compañero afirmó:
-Pues mi padre, cuando trabaja, todo el mundo se queda con la boca abierta.
La "seño" rió y le preguntó:
-Ajá, entonces tu padre es un artista.
-No.
-Un conferenciante.
-No.
-Un político.
-No.
-Pues me has dejado con la curiosidad, ¿de que trabaja tu padre?
-Es dentista.
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La semana pasada se me rompió un diente. Ignoro si era un diente o un trozo de empaste pues ya no distingo unos de otros. Debo reconocer que uno de mis puntos debiles es la dentadura pues, a lo largo de mi vida, he acudido muchas veces al dentista por diferentes problemas dentales.
Hacía ya dos años que no iba y el motivo no es que me cuide mas, sino que creo que ya solo me quedan 3 dientes sin tocar y el resto es un cúmulo de amalgamas, empastes y hasta algun diente de plástico (o de lo que sea). Ya no suelo sufrir dolores bucales porque creo que casi todos los nervios los tengo neutralizados.
Los problemas dentales son un gran inconveniente pues afectan, y además de manera desmesurada, al rendimiento deportivo y a la salud. Incluso viajar en avión con los dientes tocados puede suponer riesgo para nuestra salud. El amigo Cierzo lo mismo nos puede iluminar mas sobre el tema.
A mi, por lo pronto, hoy me ha quitado un día de entrenamiento.
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