N-Mis bichos: Como se llegan a tener 24 tortugas y ninguna es tuya

Dentro del voluntariado en el que participaba en el Aula del Mar de Malaga, teniamos una de nuestras miras en los galapagos. Las campañas que haciamos era para reintroducir los galapagos leprosos (nombre vulgar) y retirar los "orejas rojas" para que alguien los adoptara. Hasta ahi, al vivir en un piso, mi historia se limitaba a colaborar.
Un dia me llamo una tia mia diciendome que otro tio mio habia ido a coger caracoles y, aunque parezca extraño, habia surgido una pequeña tortuguilla por la cocina de su casa. Yo creo que al mojar un poco los caracoles en el rio, por accidente cayo la tortuguilla. Yo aun no distinguia muy bien las especies y ahora solo lo hago un poco mas, asi que por la descripcion pense en una "orejas rojas" y fui a por ella. Cuando la lleve al aula, me dijeron que era un galapago leproso, y al ser tan pequeña, corria el riesgo de ser devorada por el resto, asi que vino a casa.
La coloque al lado de la ventana (porque generan bastante olor por el tema del agua sucia) y le monte una piscina en una caja de plastico con rampita y piedras. Alli estuvo 2 meses hasta que la reintroducimos.
Como echabamos de menos su presencia lo comentabamos en el aula y alli llego nuestra segunda inquilina. Estaba ciega porque su anterior dueña le tenia el agua hecha un asco y habia que darle cuidados periodicos asi como alimentarla de manera especial. A base de frotes con colirios se le fue ablandando y eliminando poco a poco la capa de porqueria interna que le impedia ver y tras una intervencion quirurgica dejo de ser ciega y volvio al estanque de las adoptables.
La tercera tambien fue un caso raro pues en principio se habia comentado que era una tortuga cornuda. Busque informacion y no encontre nada de esta especie. Cuando la llevo al aula el que se la habia encontrado descubrimos que era un galapago leproso con la mandibula inferior rota y cuyos dos extremos asomaban al aire como 2 colmillos. No tenia boca y era un poco desagradable a la vista, pero nos acostumbramos y cuando empezo a comer bien por su cuenta, la devolvimos a la libertad.
Despues fueron llegando mas: de un amigo que se iba de viaje, del aula porque nos daban lastima, de la protectora porque les atacaban las ratas, de familiares, de amigos, etc. Todo aquel que se enteraba de que teniamos tortugas nos las endosaban y como no sabemos decir que no, asi nos va.

Empezamos por comprarles una pecera y al final, elegimos nuestra casa basandonos en que tuviera un jardin para montar un estanque. Les tengo montado un sistema casero de filtro que les va de escandalo y tengo el agua limpita todo el año.

Ninguna tiene nombre y solo las conocemos por la especie o por algun apodo para distinguirlas si es posible. Algunas son muy amigables y como las conocemos de pequeñas, se asoman para pedirnos comida y no se asustan de nosotros. Otras no las vemos para nada y debemos hacer memoria para recordar que estan por ahi en el fondo del estanque.
Pon una tortuga en tu vida. Basta con cambiarles el agua y darles de comer. No hacen ruido ninguno ni te tienes que preocupar en sacarlas de paseo. Eso si, no le des de comer las puñeteras gambitas que te las cargas y recuerda que lo que hoy mide 4 centimetros, mañana medira 30 (doy fe).