Se que algunos me han comentado que no hago muchas entradas de deportes, pero es que sin competiciones y sin hablar de furgol es dificil sacar temas que no sean repetitivos.
Esta historia le ha pasado a un compañero, la cual espero se vea reflejada, al menos en la prensa local, ya que su dedicación en la sombra ha tenido sus frutos.
Resulta que hace unos días se celebró un concurso canino en Mijas, de esos de llevar perros bonitos, estilizados, etc. Mi compañero se llevó a su perro a título anecdótico para participar. No puedo opinar si el perro es tal o cual porque aún no lo he visto, así que no voy a opinar de las posibilidades que tenía de ganar el concurso.
Pues estando el perro a la espera de su turno, se va como una flecha para la mochila de otro participante y empieza a rasparla señalandosela al dueño. Claro está, todo el mundo alrededor pensado que el perro andaba muerto de hambre y que habría olido la comida que llevaba el hombre en su mochila para su perro. Mi compañero, al ver la insistencia, llamo a una patrulla e hicieron abrir la bolsa al hombre, el cual llevaba un pastillón de hachis "para consumo propio".
La historia tiene su truco y es que el compañero usa los papeles que se usan para envolver las piedras de hachis (lógicamente no lo va a hacer con el hachís mismo que se interviene) para enseñar al perro a detectarlo. Esto ha sido un buen respaldo para usarlo en los controles preventivos y para que se termine de crear la brigada canina.
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