Ayer fue un día cansado, de estrés y de trámite que hay que cumplir cuando se quiere estar tan lejos por tus objetivos. Cuando uno lleva las cosas preparadas para un viaje, normalmente está tranquilo, pero ni por esas.
Empezamos con el madrugón a las 4 de la mañana para estar en el aeropuerto tempranito. Me ponían hora límte de embarque a las 6:05 de la mañana y, gracias a los consejos de mi padre, siempre procuro estar 2 horas antes por lo que pueda pasar. Lógicamente, a las 6 de la mañana no estaba aun ni la puerta de embarque en el monitor, pero mas vale prevenir que lamentar.
A París llegamos con retraso, además te dejaban en medio de la pista y te recogía un autobús. Tenía una hora para la conexión, así que cada vez me quedaba menos tiempo para ir de la terminal 2F (que no es en medio de la pista) a la 2E, pero además, resulta que la 2E tiene 3 subterminales, K, L, y M, lo cual me enteré tras rebuscar en la página del aeropuerto 3 días antes. Allí venían las instrucciones y tiempos estimados de un sitio a otro, así que supuse que eso era para lentos y que no tendría problemas.
El primer problema es cuando llegas a donde te deja el bus y hay dos escaleras que te mandan para diferenciar las subterminales K, y la L y M, y yo sin saber a donde tenía que ir porque allí no hay monitores ni nada parecido. El personal de cabina del avión me dijo que no me preocupara, que si ponían una conexión tan corta es que se podía, pero ni idea de a donde tenía que ir. Lo eché a suertes y resulta que las escaleras se unían en la planta superior, así que tiempo perdido tontamente en una decisión inutil. Encontré un monitor al fin y me encontré que, como cabía esperar, me tocaba la M, la más lejana. En el control de pasaportes tuve suerte y no había mucha cola, pero descubrí que había más gente en mi misma situación porque la marea de corredores por las terminales se asemeja a una carrera popular. Tras esperar otra cola de otro autobús, al fin llegué en tiempo record a la puerta de embarque. Y todo para nada porque el vuelo salió tarde, así que ahora tocaba preocuparse del otro enlace en Sao Paulo.
Las 11 horas y algo de avión a Sao Paulo son un trámite que me reventó la espalda de tanto tiempo sentado. Me tragué 3 pelis y de vez en cuando me iba a la parte trasera a estirar, haciendo de guía a otros pasajeros que me imitaban. Como llevaba la chaqueta del chandal de España, se creerían que soy bueno y todo. En la segunda comida, patatas con pavo, aún estoy buscando el pavo, que creo que eran esos 4 taquitos de medio centímetro que había allí. Que hambre. Menos mal que iba provisto con mi bolsa de gominolas. El que iba a mi lado en el avión aprovechó para ligotear con la garota brasileira y al final hasta le dió el teléfono y todo. Hay gente "pa tó" que aprovecha cualquier momento. El que me escamó más fue un calvo con patillas y gafas de cristal verde al estilo torrente que venía de una bolsa con letras malayas. Sin comentarios.
En Sao Paulo todo fue rodado al principio. Hay que rellenar un papel de inmigración si no eres brasileiro. Menos mal que no detectaron en mi maleta los dos geles y la botellita con los polvitos de naranja del decartón que no había declarado, pero así me imagino como entra la droga de manera tan fácil. Para sacar dinero, el Santander no detectaba mi tarjeta de ING, así que saqué en Bradesco con la de débito. En el mostrador de facturación, al verme lo de España me preguntaron por Neymar y el Barcelona. Le dije que tenía los días contados porque Messi lo echaría.
Y aquí empieza lo peor. Te mandan a una puerta y, a falta de 20 minutos para embarcar, llega un señor chillando Porto Alegre. Me da por preguntarle y me contesta que hay que ir a otra puerta. Venga a correr. Hay una puerta con embarque a Porto Alegre y gente esperando, pero cuando llego se cambia a Rio de Janeiro para un vuelo que salía más tarde. Acojonao porque me quedaba en tierra me puse a preguntar viendo que ya era la hora de mi vuelo y allí no decía nadie nada. Al final una azafata me dijo que me esperara allí en una esquinilla. Tras embarcar los de Río, al rato nos tocó a nosotros, pero una vez pasada la hora del vuelo. Tuve que preguntar otra vez porque creía que me había quedado en tierra. Bus de traslado y media hora de retraso.
Me habían comentado que Sao Paulo es un aeropuerto inseguro porque por allí campa la gente a sus anchas, y así lo comprobé. Por la pista había uno con auriculares y una mochila sin acreditación ni uniforme rondando la zona de equipajes.
En Porto Alegre mi maleta salió la última pero salió. En el aeropuerto iba a intentar cenar algo pero cuando vi el menú me preocupé de nuevo: no tenía ni idea de que ponía allí. El portugués se parece, pero hay palabras que nada en absoluto. ¿Quien diría que frango es pollo?. Solo sabía eso y pasta, pero allí no leía ninguna.
Pillé un taxi en el aeropuerto por seguridad y me fui al hotel. Conseguí encontrar un bareto de pueblo igualito que los de España, con sus típicos clientes y barmans. Hasta las baldosas de la pared y las cucarachas se parecían. Por 5 euros un plato excelente de frango y arroz con bebida. Y vuelven a preguntarme por el Barcelona.
Sobre el hotel Maua Express: no hay gel ni champú por lo que a ver como me lavo el pelo con la pastilla de jabón (menos mal que hay poco pelo en la cabeza que lavar), tiene un enchufe europeo, tiene nevera para comprar sustento, pero llevo fatal el ruido. Me ha tocado al lado de la carretera y la vía del tren, así que he conseguido dormir unas 4 horas. Aquí ahora mismo son las 7 de la mañana pero llevo despierto desde las 5, cuando fui a pedir que me cambiaran de la habitación con los ojos inyectados en sangre por el sueño. Lo veo díficil.
Ahora en un rato saldré a rodar para que las piernas no se agarroten y después a acreditarme que hoy empezamos viendo el cross.
Seguiremos informando.
La potencia sin control no sirve de nada. Por eso llevo zapatillas con agarre de neumático. Foto del amigo J.A. Pendón en Nerja 2013
Genial kiko. Voy a proponer a aemarcha una colecta para mandarte a los campeonatos más lejanos y que nos cuentes :). Disfruta y que tengas al menos un poquito de suerte.
ResponderEliminarDesde Madrid te deseamos mucha suerte !!!!!
ResponderEliminarMucha suerte para tí y mucha envidia para mí. Jejeje...
ResponderEliminarRodrigo