Que mi jardín es el abrevadero oficial para todas las aves (y algúna cosa más) del entorno es algo que todo el mundo que lee esto sabe. Que tenga una de las mayores concentraciones por metro cuadrado de caracoles "de los gordos" es algo menos sabido, debido sobre todo a que no quiero que venga la gente a llevarselos para las cremas esas maravillosas que te quitan las arrugas de las manos. Y de la misma forma, langostas (cigarrones para los del sur), mantis religiosa, escarabajos, lagartijas, salamanquesas, etc. suelen aparecer de forma esporádica por allí sin que tenga claro que tengan su residencia fija, o al menos no es visible.
Pero es que ya llegan los animales caraduras que se implantan y además se rien de ti. Resulta que había puesto el arenero del niño (que nunca ha tenido arena) dentro de la "zona salvaje" del jardín mientras arreglaban la "zona social". Había dejado dentro una regadera y unos tubos que uso para la limpieza de los estanques para que no salieran volando con el viento y, con las lluvias, se había llenado con unos 3 dedos de agua.
Hace unos días, cuando voy a darle de comer a las tortugas, me encuentro allí una rana, no se la especie, mirándome. Cuando me acerqué, se echó rapidamente al agua y la dejé tranquila. Al día siguiente estaba otra vez allí, tomando el sol en el tubo de la regadera, pero esta vez no se tiró al agua hasta que casi estuve encima.
Con el paso de los días, ya pasa de mi. Me ve y, salvo que me acerque a menos de un metro, allí se queda la tía tomando el sol. Ya le he echo un par de fotos y hasta mi hijo se ha podido acercar a verla. Dicen que las ranas son indicadores de la salubridad de la zona, algo que no me termino de creer pues las he visto en sitios sucisimos, así que por un lado me alegro de que haya elegido mi jardín. Comida tiene de sobra con las larvas de mosquitos, pero además ha acabado con todos los bichillos que había (parecidos a grillos, pero de agua) ya que hoy no he visto ninguno limpiando los estanques.
De momento se comporta bien y no forma ruído, pero ya he escuchado en una zona cercana el croar de otra rana y espero que mi inquilina se marche hacía allí y no se traiga a su amiga por la tranquilidad del barrio. Y es que los ni-ni existen hasta en el mundo animal.
La rana, con una dieta rica en larvas de mosquitos, ha duplicado su tamaño. Estoy criando un monstruo.
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